La isla Esmeralda
La isla Esmeralda
11/09/2015
Por fin, un año después, escribo sobre nuestro viaje en bicicleta por Irlanda en el verano de 2015. Y no sé, me cuesta escribir. Hace ya tres años que dimos por terminado nuestra andadura por el mundo en bicicleta, y quizas, ya no vea el punto de escribir. Aunque soy partidario de que deberia compartir nuestras vivencias, impresiones, sensaciones y experiencias por tierras irlandesas. Ya lo hice durante todos esos años viajabamos por el mundo en biciclea, incluso escribí un libro; El mundo en Bicicleta, (Casiopea ediciones).
Irlanda siempre ha sido un pais que queríamos conocer, aunque a Alice no le hacia mucha gracia visitar un país con tan mala reputación respecto a las condificiones climatológicas, donde los rayos de sol se cuentan con cuentagotas. Aunque no hay que cerrar las puertas a un país por sus elementos negativos, seguro que también habrá cosas positivas, e Irlanda es Irlanda; promente paisajes increibles, tradición y leyendas milenarias.
Siempre nos ha gustado salir en bicicleta desde la misma puerta de nuestra casa, e ir hasta Irlanda en avión no nos convencia, aun más, siendo una isla, y lo mas bonito seria llegar por mar. Así que desde Bruselas vamos hasta Durquerke (Francia), y tras cruzar el estrecho de la Mancha el ferry, paramos en Dover (Inglaterra). Queremos pasar la noche en un camping, pero ya en el centro de la ciudad, nos dicen que está a unas diez millas. Hay que subir bastante y la noche se echa encima, asi que buscamos un Bed & Breaksfast. Vemos uno enfrente de la estación de tren, por 60 Libras, tenemos una habitación para los cuatros, pero es bastante cutre, ademas, el tipo nos dice que como la cocina está en obras no tenemos desayunos. <<-¿Pero esto no es un Bed & Breadfast?>>, le comento al propetario con algo de guasa y haciendo un guiño a un descuento. Pero al señor de origen indio no le hace ni pizca de gracia y nos pega un portazo en las narices. Seguimos buscando, pero nada, todos los B&B’s estan ocupados. Alice se enfada conmigo por mi comentario, -<<¡Esas 60 Libras era un precio razonable!>> y me dice que vuelva para pedir disculpas e intertar conseguir la habitación antes de que alguien la ocupe. Pero nada, el señor tiene muy mal genio, y es muy orgullo, asi que me echa con malos morales. Le intento explicar que todas las pensiones estan ocupadas y tengo dos criaturas en la calle, pero nada. Alice se pone como una furia, ya es de noche, no hemos cenado y ni siquiera tenemos tiempo para salir de la ciudad y acampar. Yo quiero salir, ya encontraríamos un lugar a las afueras para acampar, pero Alice no está dispuesta. Vagabudeamos por la ciudad en busca de una solución. A las 23:30 un chico de una pensión nos comenta que podemos acampar en las ruinas de una iglesia. Allí ha visto refugiados acampar y nunca ha habido problemas, así que montamos la tienda de campaña en el mismo centro de Dover. Cenamos un fish & chip rapidamente y nos vamos a dormir a medianoche. Espezamos bien.
Hasta Cardiff (País de Gales) vamos en tren pasando por Londres. Una ruina, si, una ruina. El transporte “publico” está privatizado en Inglaterra y el pasaje vale su peso en oro, ademas, la Libra Esterlina está por la nubes, bueno, el Euro está por los suelos. Llegamos a Cardiff a media tarde y salimos de la ciudad rapidamente para encontrar un lugar y acampar.
Siempre nos ha gustado la montaña, y nunca nos ha importado subir. Hemos superado puertos a más de 5000 metros de altitud y con subidas de hasta cuarenta kilometros… pero las cuestas en el País de Gales es lo peor que hemos encontrado en todos estos años que hemos viajado por el mundo en bicicleta. ¡Horrible!. Para nosotros, acostumbrados a subir puertos y mas puertos, como en los Himalayas, los Andes, la ruta de los Grandes Alpes, las Rocosas, el Caucaso Menor armenio… en el País de Gales las cuestas se nos atragantan. Las subidas apenas tienen un kilometros, quizas dos, pero la carretera sube directamente, sin curvas y con porcentajes de entre 15-22 %. Hace mucho calor y sudamos la gota. Desde la Colonia Toval en Venezuela no experimentamos algo así. Ademas, es un subir y bajar continuamente por colinas muy cerradas, tan cerradas que, a veces, bajamos a toda velocidad para coger carrerilla en la proxima subida, pero nos topamos con un muro que nada mas inclinarse nuestras bicicletas se quedan clavadas. Las nubes ocultan el sol y empieza a llover. Apenas disfrutamos del trayecto. El paisaje tampoco es nada de especial, sufrimos y los galeses son distanciosos, asi que vamos hasta el puerto de Fishguard por la via rápida.
Atracamos ya tarde a Rosseland, aun así, y a pesar de tener el viento en contra, avanzamos bastante antes de acampar en tierras irlandesas. En Waterford nos alojamos en casa de Paulius y Lina, una pareja lituana con su hija de tres años. La ciudad más antigua de Irlanda no tiene gran cosa que visitar, y aprovechamos la estancia para comprar material. Irlanda promete lluvia, asi que nos equipamos mejor para combartirla. Maia tiene un nuevo saco de dormir, el suyo, lo heredera Unai. Con Paulius hablamos de viajes, ellos también quieren viajar en bicicleta con su hija y nosotros somos una referencia. Con Lina hablamos mas de Irlanda, y de su estancia, ella está algo harta de vivir en Irlanda. Apenas tiene contacto con la gente local y pasa mucho tiempo sola. A él tampoco le agrada, pero tiene que trabajar como minimo dos años en la empresa que le pagó gran parte de su master.
Salimos de Waterford para ir directamente a la costa occidental. Cogemos cuatro dias para llegar hasta la peninsula de Beara, pedaleando por un paisaje colinoso y bastante cultivado. La campiña irlandesa está también plagada de vacas. Nuestra compañia en las noches que pasamos a la intemperie. Todo está vallado y es dificil encontrar un lugar discreto, así que preguntamos a los granjeros si nos dejan acampar en su prado. Aceptan sin problemas, pero ahi queda la cosa.. Apenas tenemos contacto con la gente local.
Antes de llegar a la peninsula de Beara dormimos en casa de Vicky y Alan, miembros de la WSL. Nos cuesta encontrar su casa, escondida en un bosque en la mitad de la nada. La pareja cincuentañera es inglesa y llegaron aquí en los años 80’s, cuando comprar un terreno en está región no valia gran cosa y se podia vivir muy barato comparado a Inglaterra. Vicky es muy simpática y nos cuenta todas sus aventuras y desventuras, tanto de sus viajes en bicicleta, como cuando llegó a Irlanda con sus dos hijos pequeños y vivió aislada en el monte sin electricidad ni agua corriente.
Ya en la costa el tiempo empeora y hace muchísimo viento. Queremos dar la vuelta a la peninsula de Beara, pero lo vemos imposible, bueno, mas que imposible, es inutil dar todo un rodeo con una intensa lluvia y con un viento endiablado en contra a mas de cien kilometros por hora. Cada vez llueve mas fuerte y Alice quiere parar. Hay un B&B que otro y quiere refugiarse en uno. Aunque parece que hay un camping muy cerca en Agrigole, según una familia neerlandesa que nos invita a tomar un té en la casa que están alquilando. Le damos tanta pena que el señor quiere invitarnos a pasar la noche con ellos, pero su mujer no está por la labor, <<¿Que pasaría si el propietario se entera que estamos metiendo mas gente de lo acordado?>> Le comenta toda seria. Llegamos al camping super mojados. Alice va con los crios a la diminuta cocina mientras yo monto la tienda de campaña detras de unos arboles para estar protegidos del viento. A pesar de la espesa hierba, que parece una alfombra, el suelo ya no puede absorber mas agua y está todo encharcado.
Por la mañana no llueve, pero hace muchisimo viento y el dia está muy cerrado, así que dedicimos pasar al otro lado de la peninsula por el puerto de Healy (334. metros) y así atravesar la espectacular cadena montañosa de Caha ¡Increible! En algunos tramos el viento nos empuja violentamente hacia arriba, ni pedaleamos para subir. Cuando cogemos altura el viento es aún mas violento y una roulotte se para para ayudarnos. La pareja francesa coge nuestros hijos y parte del equipaje dentro del vehiculo, mientras Alice y yo subimos como podemos. Al otro lado hace aún mas viento, y es imposible avanzar. El matrimonio está preocupado y se pone enfrente para cortarnos el viento. Cuando perdemos altura el viento es menos incordioso. Apenas pudimos disfrutar del paisaje, la ruta 457 es una de las serpenteadas y salvajes carreteras mas guapas de la isla. Al mediodia paramos a comer en un supermecado en Kenmare. Conocemos a un chico estadounidense que trabaja de guia turistica y nos recomienda pasar por el desfiladero de Dunloe. Estamos en el anillo de Kerry en pleno verano y la peninsula está plagada de turistas. Nadie nos recomienda recorrer el anillo en bicicleta por el exceso de tráfico. Ademas, el tiempo no acompaña.
A media tarde subimos los ultimos kilometros del puerto. Vemos un albergue y decidimos parar para pasar la noche. No estamos acosntumbrados a ir a pensiones, pero no sabemos lo que nos podemos encontrar al otro lado del puerto, quizas, empieza a llover y no encontramos un lugar para acampar, ademas, se está haciendo tarde. Una ducha caliente, cocina, salón con televisión y una habitación bien comoda para estar secos no se puede resistir.
Con mas tranquilidad pasamos al otro lado de las montañas de Macgillycuddy's Reeks. A veces nos cae un aguacero que tenemos que refugiarnos debajo de un arbol. No ha pasado un dia que no hayamos tenido lluvia, pero ultimamente hay más de lo normal. Avanzamos bastante a pesar de las paradas, y ya a ultima hora de la tarde acampamos pegados a una casa abandonada, que en Irlanda hay bastantes. A los quince minutos el propietario viene rapidamente para ver quienes somos. Parece que no le ha gustado ver forasteros en su terreno por sus formas de aterrizar con su 4x4, pero nada mas ver a una familia europea que viaja en bicicleta no deja acampar, incluso no ofrece la casa para pasar la noche, pero el lugar está bastante destrozado. Los crios tienen miedo, la casa está tal y como la dejaron, todavia hay muebles, cuadros, viejas fotografias de retratos de los propietarios, incluso en la cocina hay comida enlatada ya caducada. Todo está viejo y podrido. No entendemos como al señor se le ocurre la idea de ofrecernos este tétrico lugar.
Por una vez, cuando preguntamos el permiso para acampar en un terreno privado, el chico nos da conversación. Acampamos en su jardin y nos deja utilizar los baños y nos pone una mesa con sillas para cenar. Es la primera vez que un irlandes se anima a ir mas alla de un simple <<De acuerdo, alli podeis acampar>> y ya está. Él tiene una hija de la misma edad que Maia y juegan juntas. Por la mañana pasamos al condado de Galway, y gracias a un ferry, nos ahorramos de dar todo un rodeo por la ria de Shannon. Pasamos la noche en un descampado.cerca de la costa con un fuerte viento que dificulta las tareas de montar la tienda de campaña, lavarnos y cocinar, ademas, llueve a cantaros. Antes, habiamos pedido el permiso para acampar en un prado cerca de una granja, y quizas, con la posibilidad de instalar la tienda de campaña en un cobijo, pero en Irlanda, nadie tiene piedad por nosotros. El señor es de muy pocas palabras, y nos indica un cobijo para refugiarnos de la lluvia, pero aparte de una cabaña donde las vacas se suelen resguardar, no vemos nada. Así que acampamos cerca de la carretera, detras de unos matorrales para protegernos del viento. El ambiente no es bueno, ya sabíamos que en Irlanda podia pasar esto, pero no pensabamos que los irlandeses, al menos en el campo, serian tan pocos hospitalarios. Siempre nos saludas, dispuestos a indicarnos el camino, una dirección, pero ahí queda la cosas.
Paramos un buen rato en la playa de Lahinch. Por fin hace sol y parece que las nubes le dejarán exhibirse al menos durante toda la tarde. El cielo está practicamente despejado, aunque en Irlanda, se puede nublar en cuestion de minutos. A pesar de disfrutar de los rayos de sol, no nos despejamos de nuestra ropa, el eterno viento es siempre molesto. Cerca de Lahinch estan los famosos acantilados de Moher. Hay muchisimos turistas sacando fotografias a esos muros de 200 metros plagados de cientos de aves que sobrevuelan el lugar. Algunos turistas se acercan demasiado al precipicio mientras juegan con la gravedad para autoretratarse con su smartphone sujetado con un telescopio. Los ancantilados de Moher es el punto de interés más popular del pais, el protagonista de millones de panfletos turisticos para propocionar el turismo en Irlanda. En la oficina de turismo intentamos reservar una pensión en Carran, cerca del parque nacional de The Burren / An Bhoireann, (en irlandes lugar pedregoso). Pero nos cuesta encontrar un alguerbe libre por la zona. El lunes es festivo y hay muchos irlandeses de vacaciones de los pocos dias que pueden disponer. En Corrofin hay un hospedaje libre, a unos cincuenta kilometros, asi que tiramos como locos para llegar esa misma tarde.
A los crios les encanta pasear por un paisaje kárstico tan peculiar. La roca paliza está agrieta y el reto es saltar de un lado para otro, no les importa subir hasta el alto a pesar del esfuerzo. Por diez minutos perdemos el autobus que nos lleva de vuelta a Corrofin. No volverá hasta dos horas más tarde. El cielo nos amenaza con lluvia y los crios están cansados. Alice hace autostop, pero de los pocos coches que pasan, ninguno nos lleva. Unos que no pasan por alla, otros que no tienen sitio, algunos nos dicen simplemente que no. Alice se desespera de la nula simpatia de los irlandeses. Una hora mas tarde para un 4x4. Un matrimonio con dos crios aceptan llevarmos a pesar que apenas tienen sitio y no van realmente hasta alla, pero es la excusa perfecta para ir a un lugar y comer en un restaurante. Cuando ya estamos dentro del coche el hombre nos dice que son estadounidenses, pero viven en Dublin desde hace un par de años. Alice y yo nos miramos mientras pensamos al mismo tiempo, -<<Tenian que ser extranjeros>>.
Por la mañana tenemos el viento a favor, y como es bastante fuerte, avanzamos rápido. Incluso preficto pasar Gateway antes del anochecer. A media mañana paramos en un lago para hacer una fotografia paronámica del parque nacional. Por una vez el dia ha salido precioso y hay pocas nubes refrejandose en el lago. Los crios quieren meter los pies en el agua, asi que paramos un rato para hacer una pausa matinal. El lugar es muy tranquilo, no hay tráfico ni gente alrededor. Solo hay un coche al fondo, a escasos metros de la orilla y mal aparcado. Alice quiere filmar, y se aleja para escapar del ruido que meten los crios. A los pocos minutos vuelve bastante conmocionada mientras me dice;
- ¡Andoni! Hay un señor dentro del coche y parece que está muerto.
- Que va, estará durmiendo. -Le comento con toda tranquilidad.
- No creo, tiene una posición bastante extraña para echar una siesta.
- Quizas bebió bastante la noche pasada, ya sabes que hoy es festivo y puede ser que estuvo ayer hasta muy tarde bebiendo y ahora está durmiendo en cualquier posición.
- Verte a ver. Estoy casi segura que está muerto.
Me asomo por la ventanilla del coche y veo que si. El tipo está muerto. Aun así, pego algunos golpes en la ventanilla para estar seguro. Pero no reacciona. Tiene los ojos medio abiertos y la cabeza hacia arriba con la boca abierta. Me da repelo y me alejo. A los cinco minutos vemos que un coche se acerca, le hacemos parar y le comentamos que hemos encontrado a una persona muerta, pero el señor ni se baja del coche, nos dice con toda tranquilidad y sin preocupacíon alguna que cuando llegue al pueblo avisará a la policia. Y se va, sin más. Pasa otro coche, pero este ni siquiera para. Me acuerdo que pasamos cerca de una casa a unos quinientos metros y voy para ver si puedo utilizar su telefono. Viendo el ambiente tan poco solidario que hay en Irlanda, lo mínimo que podemos hacer por ese hombre es comunicarselo a la policia para que avise a sus familiares. Llamo a la puerta y sale una señora de unos cincuenta años
- Disculpa las molestas, pero alla en el lago hemos encontrado un cadaver y necesito un telefono para llamar a la policia.
- ¿Un cadaver? ¿Estas seguro?
- Si. estoy seguro, parece que falleció ayer y ha pasado toda la noche a la intemperie.
- Vamos a ver. - Me responde la señora bastante preocupada y en estado de shock.
Ella es mas atrevida que yo, y antes de llamar a la policia, abre la puerta del coche para cogerle el pulso.
- Si, está muerto. Dios mio. Que horror. Pobre hombre. - Y llama a la policia-.
- Vendran en quince minutos. Y luego podreis marchar.
Mientras esperamos predigo que el hombre tiene unos cincuenta años pasados, aunque es dificill saber con exactitud. Vemos que en los asientos de atras tiene dos sillas de niño y una bolsa de plastico con carne, pan y algunas balletas dentro, asi que, lo mas seguro que iria hacer las compras para cenar y no regresó.
- Gracias, gracias por avisar, - repite una y otra vez la mujer.
- Que horror. Su mujer estará bastante preocupada.
-Si, y con dos crios. Repite Alice bastante triste.
Maia y Unai siguen jugando en el agua tirando piedras. Maia ya sabe que hemos encontrado una persona muerta, pero no dice nada. Unai no, el sigue a lo suyo. La mujer llama de nuevo a la policia, han pasado ya 45 minutos y no aparece. Alice quiere irse, ya hemos estado demasiado tiempo esperando y los crios quieren moverse. Pero nosotros lo hemos encontrado y tenemos que declarar. Le comento a Alice que, si no aparecen en menos de 15 minutos nos largamos. Asi que tras una hora de espera nos largamos. La mujer ya no está sola y nos dice de marchar. A los diez minutos nos adelanta un coche de la policia y nos para. Un agente nos hace algunas preguntas y nos dá las gracias por dar parte.
-¿Es un señor de la región? le pregunto por curisiodad.
- No, es de Dublin. Lo mas seguro que estaba pasando aqui las vacaciones en el Burren. Estamos buscando donde estaba alojado para avisar a su familia.
Prendemos la ruta, pensado en el pobre señor e intentamos saber vanamente que le habria podido pasar y cuanto tiempo llevaría alla.
Llegamos a Galway a media tarde y nos paramos un buen rato en la oficina de turismo para refugiarnos y comer algo. El tiempo empeora, y un así, salimos para acampar a las afueras de la ciudad. Empieza a diluviar y nos cobijamos en una gasolinera. Llenamos todas las botellas de agua y salimos cuando para de llover, aunque vemos que no tardará mucho en caer otra gorda. Según nos comenta un señor en la gasolinera, se avecina un temporal, asi que intentamos ir rapidamente hasta Oughterard para pasar la noche en un albergue. El viento sopla aun mas fuerte, asi que avanzamos rapido, pero nada mas sentir las primeras gotas gordas le comento a Alice que es mejor parar y preguntar al granjero si podemos instalar la tienda de campaña en la granja que vemos cerca. Es la primera vez en diez años que Alice quiere continuar para alcanzar un objetivo y yo parar. Normalmente es lo opuesto. Hay un señor afuera y Alice le pregunta si podemos acampar en un covertijo, en el prado seria complicado, hay mucho viento y empieza a llover fuerte. El señor nos dice que si, ya sabe que esta noche lloverá mucho, asi que nos da cobijo. Y sin pensarselo dos veces nos lleva a su vaqueria que está vacia. Las vacas están afuera y nos ofrece instalar la tienda de campaña en el lugar. Yo miro a Alice sorprendido como diciendo <<¿No tiene otro lugar mejor que ofrecernos?>>. Aunque el lugar esta limpio y no hay cacas de vacas.
Por la mañana el señor aparece cuando ya hemos desmontado la tienda de campaña, desayunado.
- Si quereis, podeis utilzar los baños. Ya lo pensé ayer, pero me daba pereza salir con el aguacero que caida. - Nos dice el señor con toda naturalidad-.
- Gracias, pero no lo necesitamos. Mientras le comento a Alice en castellano.
- Si, a buenas horas, cuando ayer nos lavamos en una caseta contigua al establo e hicimos esta mañana nuestras necesidades en una esquina.
- ¡Yo si quiero ir. Dice Maia!. -Y la acompaño-.
Hay un baño en la planta de abajo de su casa, y veo que toda la planta está desabitada, sin amueblar. Tiene alguna habitacion que otra, en una guarda las herramientas de jardineria, en otra la leña, y la mas amplia está completamenete vacia. ¡No me lo puedo creer!. Nos ofrece la vaqueria para dormir mientras tiene por lo menos sesenta metros cuadrados libre en su casa. Salgo de la casa indignado y le comento a Alice. <<Este irlandes nos trata como animales, como los ingleses les trataron a ellos. ¡Increible!>> Alice tambien va a baño, y cuando sale de la casa su rostro lo dice todo. Les damos las gracias y seguimos la ruta hacia la zona de Connemara.
El tiempo no mejora y ahora tenemos un viento fuerte en contra. Alice quiere pillar un autobus e ir hasta Letterfrack, donde hemos reservado un alguerbe. No aguanta más y me reprocha, <<Yo ya no pedaleo mas arriba del paralelo 50>> Además, desde que viajamos por el mundo en bicicleta, excepto Noruega, nunca antes hemos expirimentado algo asi. Siempre nos han dado cobijo, de comer y beber, nos han ofrecido la mejor habitación, hemos charlado mientras hablamos de nuestros respectivos paises, hemos disfrutado de una grata compañia… y en Irlanda, encontramos su gente desconfiada y distanciosa. Ya hemos conocidos paises así, pero Irlanda nos ha dado una imagen que nada tiene que ver a lo que la gente que la visita nos contaba, y es frustantante cuando contamos nuestra experiencia con otros turistas y no nos entienden. Quizas nuestra forma de viajar es diferente, nosotros evitamos los albergues y lugares turisticos, queremos relacionarnos con la gente local y conocer su pais desde dentro de sus casas, pero en irlanda es casi imposible, al menos para nosotros. Desde que hemos llegamos siempre hemos hablado con otros extrajeros, raramente con los irlandeses. Cuando hemos necesitado ayuda, ha sido extranjeros quienes han venido, y de las dos veces que hemos sido acogidos por la Warmshowers… han sido extranjeros.
Paramos un par de dias para visitar Connemara. Hacemos migas con una pareja francesa que viaja con dos crios de la misma edad que los nuestros, y juntos, hacemos un trekking, aunque apenas podemos disfrutar del paisaje. El mal tiempo nos está haciendo estragos, venir hasta aqui para luego no poder admirar los lugares mas guapos de Irlanda.
Esta vez si tenemos un contacto irlandes de la Warmshowers en Newport. Betty vive a las afueras con su hijo. En su día recorrió medio mundo en velero y estuvo casada con un belga. Su casa está muy cerca de la playa, aunque el tiempo no está para bañarse. Desde que llegamos a Irlanda, mis hijos no se han quitado las botas de lluvia, polar ni chaqueta. Llueve y hace 12 grados en pleno mes de julio. A veces vamos a pescar cangrejos incomestible, aunque la mayor parte del tiempo, Maia y Unai juegan en casa con los juguetes de Nechtan. Con ella, podemos aboradar muchos temas, sobre todo de Irlanda, por fin podemos tener una buena conversación con una persona del pais. Estoy algo desilusionado con los irlandeses, pensaba que era gente mas abierta, pero aparte de cuando están en el pub trincando, realmente no podemos llegar mas a alla de un saludo o una indicación.
Desde que hemos decidido no ir hasta el Úlster, tenemos dias de sobra. El buen tiempo no acompaña e Irlanda nos está saliendo un ojo de la cara, todo es muy caro, e Irlanda del Norte, ya con la Libra Esterlina por la nubes, seria aun mas caro, ademas, no sabemos si tenemos los dias suficiente para recorrer la pronvincia norteña.
Vamos directamente a Dublin cruzando el país por el interior, estamos hartos de Irlanda, al menos por su tiempo asqueoso que tenemos y el escaso contacto con la gente local. Si no fuera por el avion de regreso, que ya tenemos fecha, nos iriamos antes. Atravesamos entonces el condado de Roscommon, que a pesar de no tener mar, tres cuartas partes del condado está cubierto de agua. Roscommon es bastante rural y algo deshabitado. No hay nada de especial.. Paramos en algún pueblo que otro, una Irlanda muy diferente a que otros condados nos tiene acostumbrado. Hay muchos comercios cerrados, casa en ventas y las calles están deserticas y descuidadas. Es impresionate ver el numero de casas abandonadas.
De camino visitamos el museo de la hambrura en Strokestownm, un triste capítulo de la historia de Irlanda. En la mansión de los antiguos terratenientes ingleses se encontró bastante documentación sobre las condiciones en que vivian los irlandeses en esos tragicos años, y ahora, se exhiben en el museo. Durante la gran Hambruna (1845 - 1852) Irlanda sufrió la devastación y enfermedades derivadas de ella. Todo vino originario por la denominada plaga de la patata, que causó la muerte de más de un millón de personas, emigrando otros tantos fuera de Irlanda, llegando a descender la población hasta un veinticinco por ciento, y convirtiéndose, con el paso de los años, en todo un hito en la historia de Irlanda. En aquellos tiempos, una gran parte de la poblacion irlandesa dependia solamente de la patata, y a pesar que Irlanda todavia producía en cantidad otros vegetales y cereales, estos eran designados para los colonos britanicos que exportaban a la isla principial. Lo mas trágico es que los ingleses no hicieron nada para ayudar a los hambrientos irlandeses. Como dice un proverbio ingles; “No hay que poner todos los huevos en un mismo cesto”, los ingleses les culpó por solo cultivar patatas, pero en aquellos tiempo, los irlandeses no eran dueños de sus propias tierras, apenas podian tener un miserable pedazo y solo cultivaban patatas, ya que era la única cosecha que rendia para todo el año. A pesar de la numerosas bajas, la corona britanica no hizo nada para remediarlo. Me atreveria a decir que fue un genocidio por parte de los ingleses que hoy dia todavia no está reconocido.
Nuestro contacto de la Warm Showers dicta nuestro trayecto, asi que vamos hasta Killkenny West pasando por el lago de Lough Ree. Tenemos pensado para un dia para visitar Athlone. Su castillo (siglo xii), no es gran cosa, pero para Maia y Unai es interesante visitarlo, ya que mientras les explican la historia de Irlanda y el castillo, ellos pueden vertirse de vikingos, ya que fueron los normandos quienes contruyendo este castillo cuando pasaron por la isla.durante la edad media. Pero cuando estamos cenando con Gerry, nos pregunta, como insistiendo, a que hora vamos al dia siguiente. No nos importaria preguntarle si podiamos quedarnos un dia más, pero Alice no se siente a gusto con el matrimonio. Visitariamos el castillo y despues continuariamos la ruta. Gerry nos acompaña en bicicleta para guiarnos, y nada mas llegar a las afueras, nos comenta que no merece la pena visitar el castillo, insiste tanto que le hacemos caso y nos lleva hasta el anillo de la ciudad para indicarnos la carretera que nos lleva hasta Dublin. Alice mira el mapa para ver si nos conviene pillar esta carretera, vemos que es una principal, pero él se empeña en que la cogieramos <<¡Apenas tiene trafico!>> -Repite una y otra vez. Alice se da cuenta que nos ha hecho recorrer mas de 25 kilometros por una desición de ultima hora. ¡Todo un rodeo! Ademas, desplender de Gerry no es tan facil, quiere a toda costa que pillaramos la N-4, como si él fuera quien decidiera nuestro trayecto. Seguimos acampando a la intemperie. Casi siempre preguntamos a los propietarios el permiso, pero todo queda en un; si, de acuerdo, alla podeis ponerla, y ya está.
Lo mas atractivo antes de llegar a Dublin es el castillo de Trim (siglo xii), el mas grande que construyeron los anglo-normandos en la isla. Vivió su momento de resurreción cuando se filmó la famosa pelicula de “Braveheart” (1995), sobre la vida el heroe escoces, Willian Wallace (Mel Gilson). En Irlanda, practicamente todos los castillos normandos están en ruinas y sin restaurar.. Antes de ser libres, estos castillos fueron ocupados por los colonos britanicos; grandes señores y terratenientes, y cuando se marcharon, estos castillos fueron abandonados. Los irlandeses apenas tenian dinero para mantenerlos, y tampoco isistiendo en ocuparlos, ya que para ellos es el simbolo de la colonización de la corona britanica y viendolos pudrirse es una forma de desprenderse de su cruel pasado.
Y cuando llegamos a Dublin, nuestro destino final, el cielo se abre y durante los cuatro dias hace sol y calor ¡Increible! Tenemos el tiempo suficiente para visitar la capital irlandesa y tomarlo con tranquilidad. Dublin no es muy grande, y visitarla en bicicleta es agradable y facil. Visitamos algun museo que otro, como la antigua carcel de Kilmainham (Kilmainham Gaol). Inaugurada en 1796, ha sido la morada de muchos de los personajes implicados en la lucha por la independencia de Irlanda durante más de 100 años. Visitamos las celdas y las zonas comunes que permanecieron impasibles ante las innumerables ejecuciones. Kilmainham continua teniendo un lugar muy especial en la memoria de los/as irlandeses/as, ya que gracias a la lucha de los nacionalistas que fueron encarcelados y asesinados, Irlanda logró su independencia (estado libre) en 1922. El último preso liberado en 1924, poco antes del cierre de la cárcel, fue Éamon de Valera, que posteriormente llegaría a ser presidente de Irlanda.
Aprovechamos tranquilamante los dias soleado en algún parque que otro. Tomarse un par de Guinness y refrescos para los crios en un pub sale un ojo de la cara, pero es el único lugar donde realmente podemos tener contacto con la gente local. No solo pasa en Dublin, sino todo el pais.. De las pocas veces que realmente hemos tenido vida social en Irlanda ha sido en los pubs, pero con crios, y sobre todo, el alto coste de la consumación, apenas frecuentamos en los tipicos Irish pubs, donde la musica en directo apenas descansa. Tambien pasamos gran parte del tiempo hablando con Sam, nuestro anfitrion en Dublin. Él es bastante majo y le gusta hablar, sobre todo, cuando abordamos el tema del conflicto irlandes y de su ciudad natal, Belfast. Vive en una casa comunitaria y acampamos en su jardin.
Una tarde paseamos en bicicleta por Dublin sin saber que hacer. Pasamos cerca de un enorme estadio y nos llama la atencion el griterio que hay animando, impresiona. Alice me comenta que ella nunca ha asistido a un evento de estas carecteristas, asi que como el partido solo lleva diez minutos en juego, le comento si le apetece entrar y asistir al partido. Preguntamos el precio de la entrada, pero la mas barata cuesta 45 €, y aunque Unai y Maia solo pagan 5 € cada, serian 100 euros. Asi que nos vamos, antes, Alice y Maia van al baño de un bar. Mientras espero afuera, una chica me comenta que si quiero dos entradas gratis, ya que sus dos amigas no van a venir y me las regala. Cuando sale Alice del pub, le comento con jubilo que podemos ir a ver el partido. Compramos rapidamente dos entradas para los crios y vamos al estadio sin saber que tipo de deporte están practicando. Los asientos están numerados, y sin saberlo, nosotros tenemos la tribuna mas barata, detras de la porteria, mientras, Maia y Unai tienen dos butacas en preferencia, asi que nos dejan a los cuatro en la parte mas privilegiada del estado. Nada mas entrar en la tribuna, vemos un gentio impresionante, gritando sin parar. El estadio está hasta la bandera. Desconocemos que tipo de juego es, y las reglas, aunque es bastante entretenido. El público está tan estusiasmado que no preguntamos sobre que deporte estan practicando. Unai disfruta a lo grande, y nosotros, nos quedamos anonadados de ver como puede haber un deporte a mismo nivel que el futbol.
Nada mas llegar a casa se lo contamos a Sam, y no se lo puede creer. Nos explica que somos muy afortunados, porque hemos asistido a la semifinal de la liga del futbol Gaelico, el deporte nacional de Irlanda. El estadio que hemos asistido, el Croke Park, tiene una capacidad 82.500 espectadores y estaba a rebosar. Este estadio es un simbolo, y quizas de resistencia. A pesar de ser el tercer estadio mas grande de Europa, la Asociación Gaelica se niega a realizar partidos de fúlbol ni rugby, ya que estos deportes son de origen británico. En el año 1920, durante la guerra de la independencia, hubo una masacre en este estadio, llamado el Domingo Sangriento. Durante un partido de fútbol gaelico, el ejercito ingles ametralló al público y a los jugadores que ocupaban el estadio.